Cotización
Los microplásticos son pequeñas partículas de plástico que resultan de la descomposición de objetos plásticos más grandes debido a factores ambientales como el calor y la intemperie. Su tamaño puede variar desde el de una goma de borrar hasta el de una fracción de un cabello humano. También se están estudiando nanoplásticos, incluso más pequeños que los microplásticos.
Se han encontrado microplásticos en diversos entornos y productos de consumo, como leche, agua embotellada y alimentos como sal, azúcar, miel, arroz y mariscos. La presencia de estas partículas en el cuerpo humano ha suscitado inquietudes sobre sus posibles efectos sobre la salud.
Las investigaciones indican que es probable que los microplásticos estén presentes en el cuerpo humano, con distintos niveles de exposición según factores como la dieta, la ubicación y el estilo de vida. Una estimación de 2019 realizada por investigadores australianos sugirió que las personas consumen aproximadamente 5 gramos de plástico por semana a partir de alimentos y bebidas, lo que pone de relieve la escala de exposición potencial.
Se han detectado microplásticos en casi todos los tejidos corporales evaluados, incluidos los órganos reproductivos y la placenta. Esta presencia generalizada plantea interrogantes sobre sus posibles efectos sobre la salud.
El impacto de los microplásticos en la salud todavía está bajo investigación. Un informe de la Organización Mundial de la Salud de 2022 no encontró evidencia clara de daños según los estudios actuales. Sin embargo, existe la preocupación de que los microplásticos puedan contribuir a problemas de salud debido a las sustancias químicas tóxicas que pueden contener. Por ejemplo, algunos estudios sugieren posibles vínculos entre los microplásticos y el aumento de las tasas de cáncer o problemas cardiovasculares.
El tereftalato de polietileno (PET) es un plástico común que se utiliza en diversas aplicaciones, incluidas las botellas de bebidas y los recipientes para alimentos. A diferencia de otros plásticos, el PET es conocido por su relativa estabilidad química y se considera que es menos probable que libere sustancias nocivas en condiciones normales. Estas propiedades hacen que el PET sea una opción popular para los envases de alimentos y bebidas, ya que generalmente se considera seguro cuando se utiliza de forma adecuada.
Para reducir la posible exposición a los microplásticos, los investigadores recomiendan varias estrategias:
La Dra. Marya Zlatnik, obstetra de San Francisco, reconoce que para algunas personas, en particular aquellas con recursos limitados, las preocupaciones prácticas inmediatas pueden tener prioridad sobre la exposición a los microplásticos. “Para las personas que enfrentan necesidades más urgentes, los consejos prácticos sobre el almacenamiento de alimentos pueden ser menos factibles”, afirmó.
Aunque todavía se están estudiando los efectos de los microplásticos sobre la salud, la presencia de estas partículas en diversos entornos y productos de consumo pone de relieve la necesidad de realizar investigaciones continuas y adoptar medidas de precaución. El PET, con su perfil de seguridad favorable, sigue siendo un material ampliamente utilizado en los envases, aunque sigue siendo importante prestar atención a su uso y eliminación adecuados.
El Departamento de Salud y Ciencia de Associated Press, con el apoyo del Grupo de Medios Educativos y Científicos del Instituto Médico Howard Hughes, mantiene su compromiso de brindar información precisa y actualizada sobre temas emergentes de salud y medio ambiente.