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Un nuevo estudio realizado por Sarah Stevens y colegas de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología ha revelado hallazgos significativos sobre las sustancias químicas que migran desde artículos en contacto con alimentos (FCA) hacia simulantes alimentarios. El estudio encontró que el 73% de las sustancias químicas extraíbles de los FCA migraron a simulantes alimentarios, y solo el 2% de estas sustancias químicas coincidían con las que se conocen actualmente en los plásticos. Todas las sustancias químicas detectadas activaron receptores nucleares, lo que potencialmente podría alterar el metabolismo y los sistemas endocrinos humanos. En particular, se descubrió que las sustancias químicas que migran del poliuretano (PUR), el cloruro de polivinilo (PVC) y el polietileno de baja densidad (LDPE) son más numerosas y tóxicas que las de otros polímeros.
El estudio probó 14 FCA de plástico de cuatro países europeos, cubriendo tipos de polímeros comunes. La migración química se investigó utilizando dos simulantes de alimentos: agua (que representa alimentos acuosos) y una mezcla de agua y etanol 50:50 (que representa alimentos grasos como productos lácteos o bebidas alcohólicas). Los investigadores emplearon espectrometría de masas de alta resolución no objetivo y ensayos de genes indicadores con líneas celulares humanas para detectar las sustancias químicas migratorias y evaluar su impacto en el metabolismo y la actividad endocrina.
- El setenta y tres por ciento de las características químicas medidas en experimentos de extracción anteriores migraron a al menos un simulante alimentario.
- El veintiún por ciento de los químicos migraron tanto al agua como a la mezcla de agua y etanol, lo que indica una alta probabilidad de exposición humana.
- Menos del 2 % de estas características químicas se pudieron identificar en comparación con los 16 000 químicos plásticos conocidos, lo que destaca un número significativo de químicos desconocidos en los plásticos.
- Todas las muestras activaron al menos dos receptores nucleares, observándose una mayor actividad en la mezcla de agua y etanol en comparación con el agua.
- El receptor pregnano X, importante para la homeostasis energética, fue el objetivo más común, lo que podría provocar alteraciones metabólicas como hipercolesterolemia y enfermedades cardiovasculares.
- Algunas sustancias químicas mostraron respuestas a dosis no monótonas, una característica de los disruptores endocrinos.
3. Hallazgos específicos de polímeros
- El PVC, PUR y LDPE mostraron la mayor toxicidad y contenían la mayor cantidad de características químicas. - Estos materiales suelen tener más aditivos y coadyuvantes de procesamiento en comparación con otros polímeros.
Aunque el estudio no se centró específicamente en el tereftalato de polietileno (PET), los hallazgos subrayan la importancia de examinar las sustancias químicas en todos los FCA de plástico, incluido el PET. Para mitigar los riesgos al adquirir PET u otras materias primas plásticas, las empresas pueden tomar las siguientes medidas:
Al adquirir resina de PET, dé prioridad a los proveedores que ofrezcan información detallada sobre composición química e información de seguridad, cumpliendo con los estándares de la FDA o EFSA. Esto asegura el cumplimiento normativo y garantiza la seguridad y calidad de los materiales PET para diversas aplicaciones.
Implementar estrictas medidas de control de calidad para monitorear y minimizar los químicos dañinos en los materiales PET. Utilice técnicas analíticas avanzadas, como la espectrometría de masas de alta resolución, para detectar y cuantificar sustancias desconocidas. Estos esfuerzos garantizan el cumplimiento de los estándares de seguridad y mantienen la integridad de los productos PET en diversas aplicaciones.
Elija formulaciones de PET con aditivos y auxiliares de procesamiento más seguros y menos tóxicos, y colabore con proveedores en materiales y técnicas innovadores para minimizar la migración química. Estos pasos mejoran la seguridad del producto, la sostenibilidad ambiental y el cumplimiento normativo.
Pruebe periódicamente la migración química de productos PET a simulantes alimentarios en condiciones realistas. Evaluar los posibles efectos de alteración endocrina de las sustancias químicas detectadas mediante bioensayos adecuados. Estas medidas respaldan evaluaciones de seguridad rigurosas, garantizando el cumplimiento de los estándares regulatorios y protegiendo la salud del consumidor de los riesgos relacionados con el PET.
En general, los participantes en la industria del plástico deben reconocer el riesgo de migración de sustancias químicas nocivas desde los artículos plásticos en contacto con alimentos (FCA) a los alimentos. Para abordar esto, las empresas deben centrarse en la transparencia de los proveedores, un control de calidad estricto, aditivos más seguros, pruebas periódicas y mantenerse actualizados con las regulaciones. Estos pasos son cruciales para mejorar la seguridad del PET y otros envases plásticos para alimentos, garantizando la protección de la salud humana.