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1 de noviembre de 2024 | Por Scott Jenkins, revista Chemical Engineering
El reciclaje químico se ha vuelto esencial en la búsqueda de la circularidad de los plásticos, ayudando a abordar la creciente crisis de los desechos plásticos. A diferencia del reciclaje mecánico, que muele y vuelve a fundir los plásticos pero sufre limitaciones debido a la contaminación y la degradación, el reciclaje químico descompone los plásticos a nivel molecular, restaurándolos a materiales básicos que son casi idénticos a los insumos derivados del petróleo. Sin embargo, esta tecnología aún enfrenta desafíos sustanciales, desde altos costos hasta necesidades complejas de materias primas e incertidumbres regulatorias, que complican su adopción generalizada.
Se espera que el reciclaje químico funcione junto con el reciclaje mecánico, y que cada método sea adecuado para distintos tipos de residuos plásticos. Si bien el reciclaje mecánico sigue siendo una solución rentable para los residuos puros y no contaminados, no se puede aplicar indefinidamente debido al debilitamiento estructural después de varios ciclos. Por el contrario, el reciclaje químico puede procesar una gama más amplia de materiales, incluidos los que están mezclados o degradados, y producir productos aptos para su uso repetido en diversas aplicaciones.
Según el analista de IDTechEx James Kennedy, a pesar de los obstáculos, es probable que la industria del reciclaje químico experimente un crecimiento significativo durante la próxima década, aunque requerirá inversiones estratégicas y apoyo regulatorio para alcanzar su máximo potencial.
La principal barrera para el reciclado químico reside en la viabilidad económica. Las tecnologías se dividen en cuatro tipos principales: pirólisis, solvólisis, procesamiento termoquímico y disolución, cada una de las cuales presenta oportunidades y desafíos financieros únicos. Los altos costos operativos siguen siendo un obstáculo importante.
Marcian Lee, analista de Lux Research, afirma: “La cuestión clave en este momento es el costo de la tecnología. Las empresas de reciclaje químico deben garantizar un retorno de la inversión”.
Lee destaca que los consumidores suelen afirmar que están dispuestos a pagar una “prima verde” por productos fabricados con materiales reciclados, pero este entusiasmo no suele traducirse en compras reales. En la actualidad, se estima que el PET reciclado químicamente cuesta entre dos y tres veces más que el plástico virgen derivado del petróleo. El reciclaje mecánico suele exigir una prima del 30%, que es más cercana a lo que la mayoría de las empresas están dispuestas a pagar.
Lee también señala que “lograr una economía circular para los plásticos a través del reciclaje únicamente es un desafío en un escenario de libre mercado. Los mandatos regulatorios para el uso de materiales reciclados pueden ser esenciales para impulsar la adopción por parte de la industria”. Los fabricantes de productos químicos tienen la esperanza de que pronto surja una orientación legislativa clara, ya que la política regulatoria tendrá un impacto significativo en el futuro del reciclaje químico.
La pirólisis, que calienta plásticos en un ambiente sin oxígeno para producir un aceite similar a la nafta, representa la tecnología de reciclaje químico más ampliamente adoptada por las principales compañías petroleras como Shell, BP y TotalEnergies. El aceite de pirólisis puede integrarse directamente en las instalaciones de procesamiento petroquímico existentes, lo que ofrece una vía para reciclar plásticos en combustible y nuevos materiales. Las inversiones del sector del petróleo y el gas reflejan el potencial de la pirólisis para el procesamiento de residuos a gran escala, aunque la eficiencia y la optimización de costos siguen siendo cruciales para una implementación más amplia.
A medida que la industria avanza, el reciclaje químico desempeñará un papel integral en una economía de plásticos sostenible, con regulaciones, reducciones de costos e innovaciones tecnológicas que actúan como facilitadores críticos para su éxito.