La innovación radica en un cambio pequeño pero crucial: reemplazar el hidróxido de sodio, comúnmente usado para descomponer el PET, por hidróxido de amonio. Este cambio permite un proceso de despolimerización autosostenible con resultados impresionantes.
Estas mejoras podrían reducir significativamente la intensidad de recursos de las operaciones de reciclaje de PET, ofreciendo un camino hacia prácticas de producción más sostenibles en los sectores de embalaje y textiles.
Esta investigación aborda la creciente preocupación mundial por los residuos plásticos. Si bien el PET sigue siendo uno de los plásticos más reciclables y de mayor recolección, persiste el reto de mejorar la eficiencia del reciclaje y reducir las emisiones durante su ciclo de vida. Innovaciones como esta demuestran cómo la colaboración entre la ciencia y la industria puede acercar al sector a los objetivos ambientales sin comprometer el rendimiento de los materiales.
Los bajos requerimientos de energía y el aporte químico minimizado de este método ofrecen potencial para una implementación escalable, especialmente en regiones que buscan expandir la infraestructura de reciclaje mecánico o químico.
Si bien el PET virgen sigue desempeñando un papel crucial en aplicaciones que requieren alta pureza y consistencia, los avances en los procesos de reciclaje contribuyen a una cadena de suministro más resiliente y diversificada. Al ampliar el acceso a tecnologías de reciclaje rentables y de menor impacto, las partes interesadas en la cadena de valor del PET pueden explorar nuevas oportunidades para soluciones de circuito cerrado y reducir la dependencia de insumos fósiles.
Este desarrollo representa un paso prometedor hacia la optimización del perfil ambiental del PET y refuerza el compromiso continuo de la industria con la innovación y la circularidad.
🔗 Fuente: Trademagazin – 4 de julio de 2025