Firmado el 27 de julio en Escocia por el presidente estadounidense Donald Trump y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el acuerdo también incluye compromisos para que la UE compre 750.000 millones de dólares en energía estadounidense y para que las inversiones estadounidenses en Europa alcancen los 600.000 millones de dólares para 2028. Si bien los funcionarios estadounidenses lo aclaman como un impulso al dominio estadounidense en la manufactura y la energía, los líderes de la industria europea ven riesgos sustanciales.
Massimo Margaglione, presidente de Amaplast, que representa a más de 170 fabricantes italianos, criticó el acuerdo, calificándolo de "más una rendición" que un pacto. Dado que más del 70 % de la maquinaria italiana para plásticos y caucho se exporta internacionalmente y aproximadamente el 10 % se destina a EE. UU., los nuevos aranceles podrían aumentar drásticamente los costos para las fábricas estadounidenses que dependen de equipos europeos y complicar las cadenas de suministro.
Los aranceles llegan en un momento difícil, en medio de la volatilidad monetaria y la incertidumbre económica mundial. Amaplast insta tanto al gobierno italiano como a la Comisión Europea a aclarar qué productos podrían quedar exentos de aranceles, con la esperanza de incluir la maquinaria de plástico y caucho en dichas exenciones.
La preocupación de la industria se agrava aún más por el fracaso del acuerdo para eliminar el antiguo arancel estadounidense del 50 % sobre el acero europeo. La Asociación Europea del Acero (EUROFER) destaca que estos aranceles al acero siguen afectando a los fabricantes y pide esfuerzos conjuntos entre la UE y EE. UU. para abordar el exceso de capacidad siderúrgica mundial y estabilizar el mercado.
Según una encuesta reciente del Instituto IFO de Alemania, la mayoría de los fabricantes alemanes de caucho, plástico y maquinaria reportan impactos negativos de los aranceles estadounidenses, y muchos han pospuesto o cancelado inversiones planificadas en Estados Unidos. Al mismo tiempo, varias empresas están enfocando su atención en expandir sus oportunidades dentro de la UE y mercados emergentes como la India.
Los expertos del IFO destacan que, para mantener la competitividad global, los responsables políticos europeos deben garantizar marcos regulatorios estables y facilitar el acceso a mercados alternativos.