Cotización
Las próximas negociaciones del Tratado Global sobre Plásticos de la ONU en noviembre ponen de relieve la tensión entre las naciones que abogan por límites a la producción, como las de la "Coalición de Alta Ambición" (que incluye a los países de Estados Unidos y la UE), y las regiones productoras de petroquímicos como Oriente Medio y Asia. Si bien algunos ven los límites a la producción como una traición, muchos destacan la importancia del reciclaje. A pesar de los debates en curso, la producción mundial de plásticos sigue siendo significativa: en 2021 se produjeron 390 millones de toneladas según las estimaciones de la industria.
Expertos de diversos sectores debaten los últimos avances en reciclaje, incluida la integración de la IA, el cambio hacia monomateriales y el futuro de los bioplásticos, todo ello en el contexto de la evolución de las regulaciones globales.
Un gran avance en la tecnología de reciclaje ha sido la introducción de la IA y el aprendizaje automático. Una empresa que ha estado a la vanguardia en este campo está abandonando los sistemas de clasificación basados en marcadores y está haciendo la transición hacia una tecnología basada en IA. Inicialmente, la tecnología de marcadores permitía una clasificación eficiente de envases de plástico mixtos, pero requería cambios en el etiquetado de los productos, que se adoptaron lentamente por parte de las marcas. Sin embargo, los recientes avances en IA han transformado el campo.
La colaboración de la empresa con Tomra en ensayos de clasificación mediante espectrometría visual y de infrarrojo cercano, combinada con tecnología de aprendizaje profundo, ha dado como resultado resultados impresionantes. Durante estos ensayos, su sistema procesó 5 toneladas de residuos plásticos mixtos por hora y logró una pureza del 97 % en la clasificación de envases de calidad alimentaria. Este éxito allana el camino para ampliar las soluciones de clasificación impulsadas por IA en el reciclaje de plásticos rígidos, en particular para el polipropileno (PP) de calidad alimentaria.
Otro avance importante en la circularización de los plásticos rígidos ha sido la creación de productos de PP monomateriales. Estos materiales, que tienen propiedades similares a los polímeros vírgenes, son más fáciles de reciclar a gran escala y mantienen la calidad a lo largo de múltiples ciclos de reciclaje. Ensayos recientes que incorporaron un 30 % de contenido reciclado en los envases demostraron que no se produce ninguna pérdida de calidad en comparación con los materiales vírgenes, lo que demuestra el potencial de los monomateriales para revolucionar el reciclaje de plásticos rígidos.
Los principales desafíos para escalar esta tecnología incluyen:
1. Movilizar a los organismos reguladores para que aprueben nuevas tecnologías de reciclaje de plásticos más allá del PET.
2. Rediseñar los envases posconsumo para facilitar su reciclaje.
3. Aumentar la recogida de envases posconsumo para incrementar la disponibilidad de materias primas para el reciclaje.
Uno de los problemas que se plantean a la hora de ampliar el uso de materiales reciclados es la disponibilidad y el coste fluctuantes de los materiales reciclados. Las empresas están trabajando arduamente para conseguir fuentes fiables de plásticos reciclados, y se han logrado avances en materia de tecnología y asociaciones. Sin embargo, equilibrar la rentabilidad con los objetivos medioambientales sigue siendo un desafío a medida que la industria avanza hacia una economía circular.
Los bioplásticos, como el ácido poliláctico (PLA), se han promocionado como posibles soluciones a la crisis de los residuos plásticos. Estos materiales, derivados de materias primas renovables como la caña de azúcar, ofrecen una huella de carbono menor que los plásticos tradicionales. Se espera que el mercado de los bioplásticos crezca sustancialmente, y se prevé que alcance los 16.800 millones de dólares en 2034. Sin embargo, sigue habiendo escepticismo respecto de su escalabilidad, y algunos expertos cuestionan la viabilidad de una adopción generalizada debido a los desafíos en la infraestructura de compostaje y las preocupaciones sobre la competitividad de los costos.
A pesar de estas preocupaciones, los defensores de los bioplásticos sostienen que una mejor educación de los consumidores y una legislación favorable podrían acelerar su adopción. Con una reducción significativa de la huella de carbono en comparación con los plásticos convencionales, los bioplásticos tienen el potencial de desempeñar un papel central en el futuro de la industria.
A medida que la inteligencia artificial, el aprendizaje automático y la biotecnología siguen transformando el panorama del reciclaje, el mercado de los plásticos rígidos evoluciona rápidamente. La integración de tecnologías innovadoras en los sistemas de reciclaje, el desarrollo de monomateriales y el potencial de los bioplásticos representan pasos cruciales hacia una economía de los plásticos más circular y sostenible.