Cotización
En 2020, se gestionaron de forma inadecuada alrededor de 52 millones de toneladas de residuos plásticos en todo el mundo, lo que constituye el 21% de los residuos plásticos municipales mundiales. Regiones como el sur de Asia, el África subsahariana y el sudeste asiático se encuentran entre las más gravemente afectadas. África, si bien produce solo el 7% de los residuos plásticos del mundo, sufre niveles desproporcionados de contaminación por plástico. A medida que las poblaciones de la región siguen creciendo, se prevé que los residuos plásticos per cápita anuales aumenten a 12,01 kg, lo que convierte al continente en un posible foco de contaminación por plástico en las próximas décadas.
1. Aumento del consumo: a medida que las economías se desarrollan y las poblaciones crecen, la demanda de productos plásticos aumenta, lo que genera un mayor desperdicio.
2. Gestión insuficiente de residuos: una infraestructura de gestión de residuos deficiente y la falta de sistemas de reciclaje eficientes agravan el problema.
3. Baja conciencia pública: La conciencia ambiental sigue siendo relativamente baja, lo que dificulta los esfuerzos para abordar la crisis.
Desde un punto de vista técnico, África está atrasada en la adopción de tecnologías avanzadas de reciclaje. Mientras que los países desarrollados han integrado sistemas de clasificación automatizados y técnicas eficientes de regeneración de plásticos, África todavía depende de procesos manuales, lo que conduce a una baja eficiencia de reciclaje y a una producción de mala calidad. La introducción y aplicación de tecnologías avanzadas podría aumentar significativamente la eficiencia de reciclaje y la calidad de los productos de África.
A pesar de sus desafíos económicos, África ha asumido un papel de liderazgo en la prohibición de los plásticos de un solo uso. En 2004, Ruanda se convirtió en el primer país del mundo en implementar una prohibición total de las bolsas de plástico, sentando un precedente para otras naciones. Kenia, Tanzania, Eritrea y Senegal han seguido su ejemplo, y más de un tercio de los países africanos ya han impuesto algún tipo de restricción al uso de plásticos.
En febrero de 2024, Lagos, Nigeria, implementó una nueva prohibición del plástico. Aunque el repentino cambio de política tomó por sorpresa a algunas empresas, fue bien recibido por los grupos ambientalistas y es señal de una tendencia más amplia de endurecimiento regulatorio en todo el continente.
Las prohibiciones han sido eficaces para reducir los desechos plásticos y aumentar la conciencia pública. También sirven como impulso para el desarrollo de industrias de reciclaje locales y brindan valiosas lecciones de política para otras naciones que luchan contra la contaminación plástica.
África ha demostrado un potencial significativo en el ámbito del reciclaje de plástico. En Ruanda, el gobierno aplica una prohibición total de las bolsas de plástico y organiza actividades periódicas de limpieza comunitaria. En Burkina Faso, los residentes locales reciclan el plástico para fabricar artículos funcionales como muebles, mientras que en Uganda, una empresa emergente utiliza soluciones móviles basadas en la nube para mejorar la eficiencia de la recolección de residuos.
Además, los costos laborales relativamente bajos y la estructura económica sencilla de África proporcionan una base para ampliar las operaciones de reciclaje. La aparición de nuevas tecnologías, como los sistemas de clasificación inteligente y los materiales biodegradables, refuerza aún más la capacidad de África para desarrollar una sólida industria de reciclaje de plástico.
Varias empresas multinacionales han invertido en el sector del reciclaje de África, reconociendo el potencial sin explotar. Por ejemplo, ALPLA Group y Re-Purpose planean invertir 60 millones de euros en una planta de reciclaje de PET en Sudáfrica, mientras que Kubik, que opera en Kenia y Etiopía, recaudó 3,34 millones de dólares para convertir plásticos difíciles de reciclar en materiales de construcción. El Kader Plast ha establecido una planta de reciclaje de polipropileno y HDPE en Argelia, y Dow apoya al reciclador keniano “Mr. Green Africa”.
China ha sido un actor activo en el desarrollo económico de África, y el reciclaje de plásticos está surgiendo como una nueva área de cooperación estratégica. En el contexto de la agenda climática global, la profundización de la colaboración entre China y África en el sector del plástico beneficiará a ambas partes.
¿Por qué China?
- Experiencia técnica: China tiene una amplia experiencia en tecnologías de gestión de residuos y reciclaje, que puede aprovecharse para mejorar las capacidades de reciclaje de África.
- Escala industrial: Con su base industrial madura, China puede ofrecer soluciones para proyectos de reciclaje a gran escala y ayudar a las naciones africanas a establecer sistemas de reciclaje eficientes.
A medida que aumenta la demanda de plástico en África, impulsada por sectores como los alimentos, los textiles y los bienes de consumo, la cooperación en materia de reciclaje de plástico puede convertirse en una piedra angular de la asociación entre China y África. Al compartir tecnologías, optimizar los procesos industriales y desarrollar capacidades, las dos regiones pueden contribuir conjuntamente a un futuro sostenible y ecológico.
En conclusión, fomentar una "Ruta de la Seda Verde" mediante la cooperación entre China y África en materia de reciclaje de plástico tiene un enorme potencial. Al abordar los desafíos actuales y aprovechar las fortalezas mutuas, China y África pueden promover conjuntamente una economía circular y lograr un desarrollo sostenible, estableciendo un nuevo punto de referencia mundial para la colaboración ambiental.