El proyecto fue liderado por la arquitecta Lucía Villalba, quien comenzó a explorar materiales de construcción a base de PET durante sus estudios de grado con el apoyo de la Secretaría General de Ciencia y Tecnología de la universidad. Villalba, junto con la Dra. Herminia Alías, del Instituto para el Desarrollo de la Eficiencia Energética en la Arquitectura (IDEEA, FAU-UNNE), y el ingeniero Pablo Martina, del Grupo de Energías Renovables (GIDER, FI-UNNE), realizó un estudio exhaustivo para evaluar la viabilidad de transformar residuos plásticos de PET en ladrillos sostenibles para la construcción de viviendas.
Su investigación incluyó visitas a puntos de recolección de PET en Resistencia, Chaco, y un análisis detallado de las propiedades del PET y sus potenciales beneficios en aplicaciones de construcción.
La contaminación plástica sigue siendo una preocupación acuciante en Argentina. En promedio, cada persona genera 1,15 kg de residuos sólidos urbanos al día, y a nivel nacional se produce casi una tonelada de basura cada dos segundos. Las tasas de reciclaje de PET son bajas: solo se recicla el 30 % del plástico, mientras que el resto persiste en el medio ambiente durante más de un siglo. En el Área Metropolitana de Gran Resistencia (AMGR), con más de 385 000 habitantes, solo el 1,13 % del plástico generado se recicla eficazmente.
Los investigadores trituraron manualmente botellas de PET en trozos de 5 mm y crearon tres prototipos de ladrillos con diferente contenido de PET:
Las pruebas estructurales revelaron que P1 y P2 alcanzaron resistencias a la compresión de 8,60 MPa y 9,46 MPa, superando los 5 MPa típicos de los ladrillos cerámicos tradicionales, lo que demuestra su idoneidad para la construcción portante. El P3 a base de tierra presentó baja resistencia (1,59 MPa) y no fue apto para uso estructural.
Las mediciones de conductividad térmica mostraron que los ladrillos con un 10 % de PET tenían una conductividad ligeramente superior (1,032 W/mK) a la de los ladrillos cerámicos (0,81 W/mK). Sin embargo, estudios previos indican que los ladrillos con un 50 % de PET pueden alcanzar una conductividad térmica de 0,15 W/mK, lo que los convierte en aislantes muy eficaces.
El equipo señala que la falta de maquinaria industrial limitó la proporción de PET en sus prototipos, aunque precedentes internacionales muestran que el contenido de PET en ladrillos puede superar el 30 %. En el futuro, planean explorar el uso de otros plásticos reciclados, probar dosis más altas de PET y desarrollar elementos de construcción modulares adaptables a diversos componentes de construcción.
Esta investigación representa un paso prometedor hacia la construcción ambientalmente sustentable en Argentina, abordando simultáneamente los desafíos de la gestión de residuos plásticos y el desarrollo de viviendas.
Fuente: FAU-UNNE, Universidad Nacional del Nordeste, Argentina